jueves, 24 de septiembre de 2015

Poemas de la voz y el ópalo (2001)

Busco a ciegas
Y hacia adentro busco la ausencia luminosa.

A tientas y en el vértigo me dejo,
Caigo hacia el fondo ausentado del suelo
Caigo y subo en el ritmo que llega hasta mi mano
Que relata con prisa las palabras del flujo,
Sedimento del ritmo, de la constante música
Que he enhebrado con los ojos cerrados.

Hay un cuajo de carne, sangre y lumbre,
ruido de la ciudad y de los pájaros,
ausencia, claridad, falta o sosiego.
Vida y la voz.
La voz al fondo de la luz oscura,
Al final de ese vértigo,
la voz que se alza hacia abajo libre
Y hacia el final.

La punta de mis dedos
dibujando el perfil con la caligrafía
que trata de apresar el ópalo de fuego.

                        * * *

¿Quién enhebra la luz, quién la contiene?
Giro aturdida por su fuerza al centro,
roto mi recorrido, desnuda ya de mi.

Magma de su espiral gravitatorio
Y ajena ya a la típula que fui
(Curioseaba entonces entre círculos
Mirándome y midiéndome con ella,
Soberbia necedad de juventud).

Presa de tu corriente me estoy ahogando en tanta claridad
Y abro los ojos para liquidarme.
Desistida de mi, ya me he entregado.

Pero sé compasiva; antes de aniquilarme
Desvélame el alfabeto ardiente con que escribir tu nombre.
No tengo a nadie que me explique
Que hacer con esta voz en tanta luz.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario me ayuda a mejorar y subsanar errores. Te lo agradeceré siempre que sea educado y con cierto humor.