Por los refugios de esta ciudad, aún
corretean las risas de niños que no fueron.
Están umbríos y faltos de presencia
aunque arriba los coches trasmitan su temblor.
Antes hubo hombres que cavaban
y en los sacos terreros urgían el sudor
y forjaban el túnel que así les protegiera.
Plata se fué borrando de las alas,
el fuego se cebó sobre los árboles
y así quedó de rota y de inconclusa.
(2013)
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